Curso básico de electricidad en la vivienda

ELECTRICIDAD EN LA VIVIENDA.

 El cortocircuito.

Llamamos cortocircuito a la unión accidental de dos partes de un circuito que tienen una diferencia de potencial entre sí, partes que bien pueden ser dos o más conductores de diferente fase (tratándose de un suministro trifásico), o bien dos o más conductores de distinta polaridad (en el caso de un suministro monofásico).

Y la combustión de estos conductores, canalizados por sus paredes, puede suponer un riesgo de incendio para la vivienda.

Como podemos suponer, este tipo de fallos se produce principalmente por errores en el montaje de las instalaciones (un mal conexionado entre las diferentes partes de la instalación, algo más habitual que lo que podemos pensar), pero también por un mal estado del recubrimiento de los conductores debido a su desgaste a consecuencia del tiempo o de estar sometidos a una sobrecarga.

La sobrecarga.

Una sobrecarga es un exceso de intensidad en un punto de la instalación durante un período de tiempo prolongado, que tiene lugar cuando sobrepasamos la potencia prevista para el mismo.

Sin embargo, la conexión de un exceso de receptores no es la única causa de una sobrecarga. También puede producirla un fallo del propio receptor, que, al no funcionar adecuadamente, tiende a un consumo mayor del que sería normal.

La corriente de fuga.

Finalmente, un tercer tipo de fallo en las instalaciones eléctricas es el que conocemos con el nombre de “corriente de fuga” (también, “defecto de fuga”), que, pese a no significar realmente un peligro para la propia instalación, sí implica un grave riesgo para las personas que las manejan.

Niveles de Electrificación.

Electrificación básica.

Es la necesaria para cubrir las posibles necesidades de utilización primarias sin necesidad de obras posteriores de adecuación. Debe permitir utilizar todos los nuevos aparatos eléctricos hoy en día de uso común en una vivienda.

 Electrificación elevada.

Correspondiente a viviendas con una previsión de utilización de aparatos electrodomésticos superior a la electrificación básica.

Se establecen además unos escalones de potencia para los suministros en función del tipo de electrificación. Son los que incluimos en la tabla siguiente:

Protección térmica.

La protección térmica es la que protege la instalación frente a consumos elevados durante tiempos prolongados (o lo que es lo mismo, sobrecargas).

La protección frente a estas sobre intensidades algo superiores a la nominal asegura una desconexión de la corriente en un tiempo lo suficientemente corto como para evitar daños en la instalación.

Al dilatarse uno de los metales se estira más que el otro y al estar unidos, hace que se curve la lámina

Protección magnética.

La protección magnética reacciona o actúa ante intensidades muy superiores a la nominal (sobre-intensidades). Generalmente frente a cortocircuitos, abriendo el circuito en un tiempo lo suficientemente corto como para no dañar la red ni los aparatos asociados.

Y para hacerlo no puede basarse en el calentamiento del bi-metal porque resultaría demasiado lento. En cambio, utiliza el efecto del campo magnético provocado por la corriente al atravesar una bobina arrollada en torno a un núcleo móvil.

El campo magnético generado empuja el núcleo haciendo disparar el interruptor.

Instalación de puesta a tierra.

La derivación o puesta a tierra, según la ITCBT-18, es la conexión al suelo directa (sin cables ni protección alguna) de una parte del circuito eléctrico o de una parte conductora no perteneciente al mismo, mediante una toma de tierra con un electrodo o grupo de electrodos enterrados en el suelo. Y mediante ella se pretende evitar que en el conjunto de instalaciones, edificios y superficie próxima del terreno aparezcan diferencias de potencial peligrosas, así como conseguir al mismo tiempo que se produzca el paso a tierra de las corrientes de defecto o las descargas de origen atmosférico (rayos).

“la instalación de puesta a tierra se considera como un circuito de protección paralelo a la instalación eléctrica, con el fin de proteger a las personas y los animales que puedan estar en contacto con masas que pueden ponerse accidentalmente bajo tensión”

Los dispositivos de protección de la instalación, si bien cortan de forma inmediata la corriente ante cualquier fallo de aislamiento, sólo lo hacen al detectar la presencia de una corriente de fuga, por lo que para su correcto funcionamiento ésta debe existir, pero deberá ser canalizada adecuadamente.

 

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